Principios epistémico-pedagógicos cooperativos.
Principio vitalista
La vida en el centro. El conocimiento y la ciencia que prioriza la reproducción de la vida. De los nuevos movimientos sociales de la segunda mitad del siglo XX (pacifismo/derechos humanos y civiles, antirracismo, feminismo y ecologismo) surge la necesidad del desplazamiento antropocéntrico ampliando e incluyendo la bioética y el ecocentrismo a la justicia social.
Principio libertario
El aprendizaje como gran acto de libertad. La necesidad ontológica del ser humano por la libertad, de la autorrealización personal sin coacción ni dominación, la supresión de cualquier forma de opresión social.
Principio de Equigualdad
Los valores de igualdad y equidad en las relaciones universitarias. Iguales en derechos, pero de cada quién según sus capacidades, y a cada quien según sus necesidades.
Principio de subsidiariedad
Autonomía de los aprendices y sus organizaciones de aprendizaje; la comunidad política libre para la autodeterminación de su campo educativo y sus propios contenidos para cultivar el desarrollo endógeno.
Principio de intercooperación y solidaridad
Actualización del principio de fraternidad, sororidad y bondad. El acto central de la supervivencia y evolución humana. El núcleo de la persona colectiva y la cohesión social.
Principio de interculturalidad
Cada cultura es una forma profunda de conciencia y conocimiento, y es legítima y valiosa siempre que no afecte la vida y la dignidad de las personas así como la regeneración de la naturaleza. El diálogo de saberes es el núcleo de la educación intercultural,
Las 7 claves de la Universidad Cooperativa son:
1. Una corporación autogestionada de intelectuales libres
La organización de la autonomía demanda un movimiento global de reforma universitaria similar a la de principios del siglo XX, donde se estableció la tradición hoy desmantelada de la autonomía universitaria y la libertad de cátedra. En la creación de nuevas universidades ya no se contempla tales tipos de gobernanza. Una Universidad Cooperativa retoma aquellos principios de la soberanía del conocimiento en una organización independiente de otros poderes fácticos.
2. Propiedad común de sus profesores, estudiantes y trabajadores
La propiedad privada o la propiedad pública son la dicotomía que elimina la forma comunal de gestión que realmente plantea una tercera opción a la universidad pública o privada: la universidad social o universidad comunitaria. Complementa la gobernanza el establecimiento de la propiedad a sus miembros. Como empresa social, como democracia económica, lo es profundamente solo si sus miembros son dueños de la organización, propietarios jurídicos y fácticos de su centro de estudios.
3. Universidad democrática asamblearia
Esta forma de propiedad implica que la Asamblea General es el órgano máximo de la toma de decisiones y ahí se eligen a los encargados de los órganos de gobernanza y optativamente los órganos de gestión y cuerpos de estudio, y a ella remite la rendición de cuentas. Esto representa una comunidad dialógica de aprendizaje y autogobierno. La antesala para una sociedad democrática más amplia es la comunidad democrática. La organización democrática a pequeña escala es la forjadora del devenir democrático de la sociedad.
4. Universidad equitativa e inclusiva
En la dimensión económica, esa política democrática se materializa en la participación económica de los socios y en la apertura y bienvenida de nuevos socios y socias, en la equidad o solidaridad con que se repartan los beneficios, el excedente, o la riqueza generada colectivamente. Igualdad en lo político, equidad en lo económico. Igualdad de sexos y pigmentaciones (feminismo y antirracismo) sin negación de admisiones. Equidad de esfuerzos y necesidades. El principio de equigualdad: de cada quién según su capacidad, a cada quién según su necesidad.
5. Peda-andragogías y epistemologías cooperativas
La forma democrática contiene una sustancia democrática si se armoniza con las pedagogías y epistemologías democráticas cooperativas. Hay muchas aportaciones pedagógicas del siglo XX y siglo XXI para practicar en la universidad social, y surgimiento de nuevas formas del pensamiento científico para la construcción de Otra Ciencia. Pedagogías libertarias y epistemologías críticas, comunitaristas, descoloniales y reflexivo-creativas, clave de una educación intercultural.
6. Revaloración del trabajo científico y la apropiación social del conocimiento
Recuperación del universitario (estudiante o profesor investigador) como un trabajador del conocimiento, el trabajador científico que crea valor en el conocimiento, un servicio de objetivación del conocimiento (productos del conocimiento que consisten en su replicabilidad: textos, fonogramas, cursos, métodos, etc.) y subjetivación del conocimiento (individuos capaces de crear más conocimiento). El valor del conocimiento determinado a posteriori por la capacidad social de su apropiación, por su contribución al bien común.
7. Comunidad educativa y económica solidaria basada en el conocimiento
Una comunidad de aprendizaje que también es una comunidad económica solidaria, donde el conocimiento, el servicio, y la experiencia compartida son facilitadores del intercambio. Una articulación y distribución diferente del valor colectivamente generado en la universidad en forma de conocimiento y saberes.
Nuestras didácticas:
El aprendizaje basado en proyectos y solución de problemas y retos, el aprendizaje permanente, la reflexión-acción, la investigación-creación, el aprendizaje situado, el aprendizaje dialógico en las comunidades de aprendizaje y práctica, los emprendizajes cooperativos y solidarios, el aprendizaje-servicio, las cooperancias en lugar de las competencias (este último término predomina los modelos educativos dominantes como un adornado sinónimo de habilidades para la competencia capitalista). Para todo esto es imprescindible el modo de vida convivencial para efectuar la Pedagogía del Encuentro, el buen vivir (Sumak kausay) de la economía solidaria y comunitaria. La Pedagogía de la Asamblea como dispositivo epistémico se realiza en la presencia real del Otro para ser Uno, dejar de ser para devenir en la comunión política. Incluso en programas educativos virtuales o no presenciales, se debe organizar el encuentro comunitario. Las personas se educan entre sí con la mediación del mundo. El encuentro con los demás, la reflexión como proceso colectivo a través de los espacios y momentos deliberativos son los procesos que permiten la construcción de conocimiento y significado.